26 años, ilustrador, deportista, estudiante de Comunicación y Cultura de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y de Diseño y Artes Visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (ENAP-UNAM). 

Atleta y maestro de Tae Kwon Do, deporte que cultiva la no violencia y el respeto a la dignidad humana.

El 15 de marzo de 2013 fue arrestado de manera arbitraria a una cuadra antes de llegar a su domicilio.  Regresaba de haber acompañado a su hermana al transporte público.  Vestía un "pants" azul que lo convirtió en presunto culpable de un robo de un celular y dos anillos.

Sin una investigación, sin pruebas, sin ser reconocido como el culpable y con un expediente lleno de anomalías, el 16 de marzo de 2013 le dictan auto de formal prisión acusado de robo agravado calificado y desde ese día se encuentra en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México en un lento y penoso proceso para demostrar su inocencia y honorabilidad





El fenómeno es ampliamente conocido por la sociedad. LA FABRICACIÓN DE DELINCUENTES.  El problema, hasta ahora, es que la sociedad ha sentido este fenómeno no sólo como algo aislado, sino como algo ajeno.



Como política de Estado, se está deteniendo metódica y sistemáticamente a jóvenes alrededor de los 20 años de edad, con cualquier pretexto arbitrario, imputándoles cargos, principalmente de robo (simple o agravado).  



Detenidos bajo la acusación mediante una “imputación directa” (real o ficticia), y en donde el culpado es el que tiene que demostrar su inocencia, los policías reciben una bonificación o “premio” de $5,000, por cada detenido, razón por la cual, en la corrupción e inmoralidad más absolutas, son inducidos a inculparse a fin de obtener “beneficios de ley” y su liberación en corto plazo bajo fianza, y, con ello, en la más absoluta perversión, justificar una estadística de eficiencia en el “combate a la delincuencia”, en la que todo lo falso maquinado en la realidad, se hace pasar por verdadero por el sólo hecho de estar escrito en un Acta espuria bajo la omnímoda “imputación directa”.